Elaboración de licores y cremas
A diferencia de los aguardientes, los licores son bebidas espiritosas cuyo contenido en azúcar puede variar.
En la práctica, se trata de un alcohol dulce y aromatizado.
Se utilizan dos métodos para elaborar los licores o cremas:
Por destilación: se obtiene el aroma de la fruta, semillas o plantas destilándolas en el alambique. El destilado o alcoholato así obtenido se mezcla con azúcar. La destilación permite una extracción aromática excepcional.
Por maceración: En ese caso, la fruta o planta se mezcla con alcohol neutro.
La mezcla obtenida se llama INFUSIÓN de fruta; la extracción aromática se realiza por mezcla (maceración-infusión) de la fruta con el alcohol. Para este procedimiento, empleamos fruta fresca en las maceraciones. El azúcar se añade al final del proceso y solo el maestro destilador conoce el secreto de la dosificación, que varía en función de la calidad y la variedad de fruta utilizada. La dosificación desempeña un papel esencial en la calidad del producto final.
Algunos se aventuran a mezclar los procedimientos y podemos obtener así licores de buena calidad a partir de fruta macerada y destilada. (Sin embargo, este procedimiento está básicamente reservado para los iniciados).
¿Qué diferencias hay entonces entre el licor y la crema?
La diferencia estriba únicamente en el contenido en azúcar:
El licor presenta un contenido en azúcar mínimo de 100 gramos por litro
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